¿Qué es?
Se trata de una función básica corporal que debería mantenerse intacta hasta edades avanzadas. Sin embargo, no siempre es así: algunas enfermedades o problemas de salud pueden interferir en esta función corporal y provocar pérdidas de orina involuntarias (incontinencia urinaria) que, a menudo, se producen en lugares y momentos inadecuados. Ello puede derivar, a su vez, en que la persona incontinente sufra problemas de índole higiénica o social y, en ocasiones, merma la calidad de vida de quien la padece, pues disminuye su autonomía y su autoestima.
Los principales tipos de incontinencia urinaria son:
Muchas personas la sufren
Antes de llegar a los 65 años, resulta más común en las mujeres, que principalmente sufren incontinencia urinaria de esfuerzo. No obstante, la tendencia es que, a partir de esa edad, la incidencia de la incontinencia en general, se iguale para ambos sexos.
La edad y el embarazo, entre los factores de riesgo
En las mujeres, los factores de riesgo más habituales son:
- El embarazo
- El parto vaginal, que puede provocar, a su vez, un prolapso (descenso o caída) de órganos pélvicos, otro factor de riesgo. Este se produce, por ejemplo, cuando la matriz (el útero) cae hacia el exterior debido al estiramiento o debilitamiento de los tejidos y estructuras que lo sostienen, aunque también puede afectar a otros órganos situados en la pelvis, como la vejiga, recto, uretra, vagina.
- También la disminución de la producción de estrógenos característica de la menopausia puede conducir a una atrofia muscular de la zona perineal, lo que contribuye a la aparición de incontinencia, si bien la menopausia en sí misma no está considerada estrictamente un factor de riesgo, según la Asociación Europea de Urología (EAU). Curiosamente, como detalla esta fuente, los tratamientos de restitución estrogénica por vía oral en mujeres posmenopáusicas empeoran la sintomatología preexistente y contribuyen a aumentar la aparición de nuevos casos de incontinencia, por lo que este es un factor de riesgo modificable.
- Un índice de masa corporal elevado (IMC): también es un factor modificable. La obesidad incrementa la presión sobre la zona pélvica y puede empeorar el problema.
En los hombres aumenta el riesgo de padecer incontinencia urinaria estos aspectos:
- Edad avanzada.
- Infecciones.
- Deterioro funcional y cognitivo.
- Padecer trastornos neurológicos.
- Haber sufrido la extracción de la próstata (una prostatectomia).
¿Cómo se trata?
El tratamiento depende del tipo de incontinencia urinaria que se padezca, así como de la edad, de las condiciones generales de salud y del impacto de este trastorno en la calidad de vida del paciente. En el caso de la incontinencia urinaria de esfuerzo –la más frecuente en mujeres-, el objetivo principal es mejorar la calidad de vida de la afectada, aplicando diferentes medidas que ayuden a aumentar la resistencia de la uretra. Se puede conseguir de distintas maneras:
Diez consejos para prevenir y controlar la incontinencia urinaria
Como parte de un tratamiento inicial, tras la realización del diagnóstico adecuado, existen una serie de hábitos que ayudarán a las personas con incontinencia urinaria a mejorar y, en estadíos precoces, pueden ser suficientes para disfrutar de una mayor calidad de vida:
- Distribuye la ingesta de líquidos adecuadamente. Aunque no te conviene abusar de los líquidos, tampoco debes renunciar a ellos. Lo más recomendable es que los tomes durante la mañana y en menor cantidad por la tarde y por la noche.
- Evita las bebidas que aumentan la formación de orina. Entre ellas, se encuentran las que contienen alcohol, cafeína, el té y las infusiones en general.
- Toma alimentos con fibra. Por ejemplo, verduras, frutas y cereales integrales te ayudarán a combatir el estreñimiento, que puede empeorar la incontinencia urinaria. Al mismo tiempo, evita alimentos que puedan irritar la vejiga, como las comidas picantes o los cítricos.
- Pierde peso. En caso de sobrepeso u obesidad, los expertos recomiendan a las personas con incontinencia urinaria esforzarse por recuperar un peso saludable.
- Deja de fumar. Te ayudará a reducir los escapes de orina, porque sufrirás menos tos y, sobre todo, menos irritación de vejiga. Recuerda, además, que el tabaco aumenta el riesgo de cáncer vesical (de vejiga).
- Ve al baño con una frecuencia programada. Vaciar la vejiga a intervalos regulares contribuirá a reducir las pérdidas de orina.
- Lleva un diario. Registrar las veces que vas al baño, así como la cantidad de orina y la frecuencia de las pérdidas, puede ser de ayuda para controlar y prevenir los escapes involuntarios.
- No aguantes las ganas. Cuando sientas deseos de miccionar, hazle caso a tu organismo y no le hagas esperar. Te vendrá bien para reducir el posible goteo de orina.
- Prescinde de sobresfuerzos físicos. Por ejemplo, evita levantar pesos excesivos, saltar y sustituye el running por otros deportes de menor impacto.
- Sé constante con los ejercicios de rehabilitación del suelo pélvico. Si quieres notar sus efectos positivos, aprende de forma adecuada y realiza con la frecuencia y regularidad que el especialista te haya indicado los ejercicios de reforzamiento de la musculatura pélvica.
Aplicando diciplinadamente las medidas de prevención es posible disminuir la aparición de esta enfermedad, que lamentablemete tiene un costo social y disminuye la calidad de vida de las personas que la padecen. Si presenta algún sintomas de COVID-19, puede solicitar consulta médica en Policonsultorio BioVida, donde podemos ayudarle a superar la enfermedad hasta lograr a recuperar su salud.
Estamos en la calle Crevaux 317, frente a la plaza principal, atendemos de lunes a viernes mañana (07:30 a 12:30) y tarde (15:30 a 18:30), reservas al 77032111; o si prefieres a través de teleconsulta desde la comodidad de tu hogar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario