¿Qué es la tuberculosis? ¿Es mortal?
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa producida por un organismo que comparte características de hongo y bacteria, denominado Mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch. Se trata de un microoorganismo que pasa con mucha facilidad de una persona a otra a través de la tos, la expectoración e incluso el habla debido a que, en estos procesos, se forman unas pequeñas microcápsulas llamadas gotas de Pflügge, en las que viaja dicho agente infeccioso.
Aunque la forma más habitual e históricamente relevante es la afectación pulmonar, la tuberculosis puede afectar a otros órganos y aparatos, así como diseminarse por todo el organismo en casos más raros, y la mayor parte de las veces mortales por el diagnostico tardio.
¿A quién puede afectar?
El contacto con el microorganismo Mycobacterium tuberculosis es muy frecuente en los primeros años de vida, debido a esta situación la primer vacuna que se aplica en el esquema nacional de vacunación es justamente contra esta enfermedad. Habitualmente, este contacto no significa enfermedad, ya que nuestro sistema inmunitario controla de inmediato este agente, que, sin embargo, se mantiene en el organismo, como una posible semilla que crecerá en el futuro si nuestras defensas inmunitarias bajan. Esto ocurre sólo en un 10% de las personas expuestas a este bacilo.
¿Existen factores de riesgo para la tuberculosis? ¿Cómo se contagia?
Por lo explicado anteriormente, todos los factores que afectan a una disminución de la inmunidad (defensas del cuerpo) constituyen factores de riesgo para la tuberculosis. En concreto, podemos mencionar los siguientes:
- Infección por VIH: en el momento actual, el desarrollo de la inmunodeficiencia asociada a esta patología (SIDA) es el factor de riesgo más importante para padecer tuberculosis.
- Tratamientos inmunosupresores: los medicamentos empleados en patologías como el cáncer hemático (leucemias, linfomas, entre otros), enfermedades inmunológicas (corticoides) o reumatológicas, crean la situación de base para que los “nidos” del microorganismo Mycobacterium eclosionen y produzcan la diseminación pulmonar inicial y, con ello, la enfermedad tuberculosa.
- La edad: el envejecimiento suele acaparar problemas como la disminución en el rendimiento de nuestra inmunidad, por lo que la edad avanzada puede considerarse un factor de riesgo. En el extremo de edad opuesto, los niños también presentan mayor riesgo.
- Padecer alcoholismo, desnutrición o drogadicción: los pacientes aquejados de este tipo de problemas son población que puede desarrollarla con más facilidad.
- Condiciones de hacinamiento, pobreza y malnutrición: hacen que las personas expuestas puedan sufrir más exposición y una disminución de su funcionamiento inmunológico, con el consiguiente mayor riesgo. Esta sigue siendo una situación muy preocupante en la region y el país debido a las condiciones de hacinamiento (numero elevado de personas viviendo en un solo ambiente), falta de nutrición adecuada, lo que da como resultado personas con higiene deficiente y un pobre sistema inmunológico.
¿Cuáles son sus síntomas?
La expresión de la tuberculosis más frecuente es la pulmonar, aunque también puede darse una tuberculosis ósea, genito-urinaria o meníngea. Igualmente, existe una forma diseminada por el organismo.
Aquí nos centraremos en los síntomas de la tuberculosis pulmonar, que se desarrolla por fases:
En ambos casos, los síntomas más habituales de la tuberculosis pulmonar son:
- Elevación de la temperatura corporal.
- Tos productiva que dura más de 3 semanas.
- Pérdida de peso paulatina: puede ser independiente o asociarse a la falta de apetito.
- Cansancio creciente, falta de energía.
Estos tres últimos signos pueden ir aumentando de intensidad y generar un cuadro caquéctico (desnutrición extrema, fatiga, debilidad…) si la enfermedad no se detecta y trata adecuadamente.
También se puede manifestar:
- Fiebre alta.
- Dolor torácico: causado por la afectación pleural (más frecuente en jóvenes).
- Expulsión de sangre con la expectoración: a este fenómeno se le denomina hemoptisis, y de ahí viene el sinónimo o expresión tísis, históricamente empleado para referirse a la tuberculosis.
- En ciertas ocasiones, puede pasar prácticamente inadvertida, con subidas de fiebre o febrícula en la noche, o sensación de escalofríos y cansancio. Por eso, la tuberculosis es un diagnóstico a considerar en casos de fiebre inexplicada o de origen desconocido.
¿Cómo se diagnostica la tuberculosis?
El diagnóstico de la enfermedad tuberculosa pulmonar se basa primordialmente en la Historia Clinica, una buena anamesis es el inicio de un buen diagnostico.
¿Cómo es su tratamiento? ¿Deja secuelas la tuberculosis?
Tanto las personas con factores de riesgo que presentan un Mantoux positivo como aquellas que han tenido su primer contacto con el Mycobacterium tuberculosis hace menos de 2 años, deben seguir un tratamiento que “erradique” al agente infeccioso de sus pulmones, con el fin de evitar el riesgo futuro de que este se despierte y desarrolle la enfermedad.
En el tratamiento antituberculoso es necesaria la asociación varios fármacos, como mínimo, se trata de un tratamiento que se prolongan en el tiempo (más de 6 meses) y que deben llevarse a cabo de forma rigurosa y con la máxima adherencia, dado el carácter “esquivo” del Mycobacterium. En este sentido, y como ocurre con los antibióticos, no cumplir adecuadamente el tratamiento o el abandono prematuro de la medicación contribuye a la aparición de resistencias. Por lo cual la importancia de supervisar la toma de la medicacion por el personal de salud calificado, y el acompañamiento al paciente. En todo el territorio nacional esto se encuentra normado y supervisado por el Programa Nacional de Lucha contra la Tuberculosis.
Claves para prevenir la tuberculosis
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