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Un Accidente Cerebro Vascular (ACV) es un evento que ocurre en el sistema nervioso central por un problema de tipo vascular/arterial que puede ser hemorrágico (ruptura de una arteria) o isquémico (oclusión de una arteria del cerebro).
Factores de riesgo
El colesterol elevado, la hipertensión arterial, la diabetes, el abuso de alcohol o tabaco, obesidad y la falta de actividad física pueden ser algunos de los factores de riesgo para sufrir un ACV. Sin embargo, el riesgo de padecer un accidente cerebro vascular puede ser hereditario, ya que se ha detectado una predisposición genética en algunas personas.
El 90% de pacientes que ve en consulta tienen el riesgo de sufrir una ACV. Ya que la hipertensión arterial sistémica es el principal motivo de consulta en cardiología, asimismo, es el principal factor de riesgo para eventos cerebro vasculares. Aunque estos eventos pueden ocurrir a cualquier edad, el riesgo aumenta en personas mayores de 65 años.
“Los accidentes cerebro vasculares pueden ocurrir por la formación de un trombo en la misma luz arterial.Sin embargo, muchos son causados por trombos que se forman en el corazón en relación a episodios de arritmia cardiaca como es el caso de la Fibrilación Auricular que puede ocurrir de forma paroxística, intermitente o permanente y cuya prevalencia en personas de más de 70 años es alrededor del 10%”
Consecuencias
“Un ACV causa secuelas motoras que pueden ser temporales o permanentes, de acuerdo con el tiempo que el cerebro carece de flujo sanguíneo y la región qué fue afectada. Las complicaciones pueden ser parálisis o déficit motor, dificultad en el habla, problemas con la memoria y dolor; causando invalidez y dependencia física de otra persona, a esto debemos añadir el costo emocional y económico para la familia y el entorno social”
Tratamiento
Para disminuir la probabilidad de padecer un ACV primero se debe determinar el riesgo de sufrirlo y controlar los factores como la Fibrilación Auricular. En la actualidad, existen escalas que permiten evaluar el peligro de sufrir estos eventos. Esas escalas utilizandatos clínicos como la edad, presión arterial, colesterol, entre otros.
Además, se está desarrollando herramientas tecnológicas para predecir el riesgo de presentar fibrilación auricular a través de técnicas de ultrasonido disponibles en nuestro medio o detección precoz con dispositivos e incluso a través de dispositivos como los Smart watch.
La importancia de distinguir sí una persona tiene Fibrilación Auricular (FA) para prevenir un accidente cerebro vascular radica en que la estrategia de prevención es diferente.Cuando se trata de una persona que no tiene fibrilación auricular la terapia de prevención suele incluir dosis bajas de aspirina, pero cuando se tiene FA hay que considerar la posibilidad de utilizar un anticoagulante, que le daría mayor protección.
“La persona que tiene un ACV embólico tienen un riesgo muy alto de que eso se repita y se asocia con un severo deterioro funcional de la persona, ahí está la importancia de darles el uso de nuevos anticoagulantes que, además de cumplir con el propósito de protección, brinden seguridad terapéutica en relación a la dosis, evitando efectos adversos, esto se cumple con los nuevos anticoagulantes como Rivaroxabán”
Para prevenir un ACV lo mejor que puede hacer una persona es hacer un control regular de prevención, chequeo de la presión arterial, ejercicio físico, dieta equilibrada y control de las enfermedades del corazón, especialmente cuando es mayor de 65 años.
“En el caso de los pacientes que padecieron de un ACV,es recomendable que se la vea en un ciclo de cada 3 a 6 meses y si es estable puede ser anual”
Finalmente debe usted tomar en cuenta los factores que pueden causar una ACV, ya que una vez con secuelas puede cambiar la vida para siempre, en cambio con terapias adecuadas y los controles necesarios puede mantener su calidad de vida. Deben recordar que “el corazón regala tiempo de vida, pero el cerebro regala calidad de vida. Por eso prevenir un ACV es regalarse calidad de vida”.
Acuda a Policonsultorio BioVida, donde podemos ayudarlo a controlar los factores de riesgo de sufrir un ACV, estamos ubicados en la Calle Crevaux 317 frente a la plaza principal, entre comercio y Santa Cruz, atendemos de lunes a viernes mañanas de 07:30 a 12:30 y tardes de 15:30 a 18:30, reservas y consultas al 77032111.
Cualquier consulta o duda, puedes comunicarte conmigo a través del +591 72633181, también puedes seguirnos por el Facebook:
La espalda alta es el área entre la base del cuello y la parte inferior de la caja torácica. Tiene 12 huesos que forman la espalda superior, la que los médicos llaman columna torácica. El primer hueso de la espalda alta empieza en la base del cuello y el 12vo hueso termina justo debajo de la caja torácica. El dolor de la espalda alta puede aparecer en cualquier lugar entre estos huesos. La mayoría de las personas describen el dolor de la espalda alta como una sensación de ardor o tensión en una zona, donde puede haber una lesión o un esguince. Aunque es menos común que el dolor de la espalda baja o dolor de cintura, se sabe que 1 de cada 10 hombres y 1 de cada 5 mujeres podrían sufrir dolor en la espalda alta con limites incapacitantes. Las causas comunes de dolor de espalda alta incluyen las siguientes:
1. Mala condición física del músculo y mala postura
e on PinterestUsar los músculos con poca frecuencia o de forma incorrecta puede ocasionar dolor de espalda.Las personas pueden entrenar sus músculos con el tiempo para hacerlos más fuertes o más resistentes a través de ejercicios y levantamiento de pesas. Lo contrario también es verdadero. Es posible debilitar los músculos con el tiempo al dejar de usarlos correctamente. En algunos casos, como en los músculos de la espalda, perder musculatura es tan fácil como sentarse en un escritorio con la postura incorrecta por un período largo. Algunos lo hacen mientras trabajan. Sentarse encorvado en una silla frente a un escritorio puede ocasionar la pérdida de la resistencia en los músculos. Con el tiempo, la debilidad de los músculos puede ocasionar dolor en el área a medida que experimenta tensión o irritación. Cuando una persona se sienta encorvada, la presión de la gravedad y el cuerpo en sí presiona la columna, el cuello, los discos y los ligamentos. Con el tiempo, esta presión puede ocasionar dolor y otras complicaciones. En la mayoría de los casos, es posible entrenar los músculos para que sean más fuertes y más resistentes. Este proceso empieza con corregir la postura mientras se está sentado y tomar descansos regulares lejos del escritorio para moverse y estirarse. Los ejercicios también pueden mejorar la resistencia en la espalda, y usar un escritorio alto puede ayudar también. Sin embargo, el entrenamiento físico del músculo requiere paciencia y cualquiera con dolor en la espalda alta crónico debido a músculos débiles podría beneficiarse al visitar a un fisioterapeuta y encontrar una rutina de ejercicios para sus necesidades específicas.
2. Uso excesivo del músculo
El uso excesivo de los músculos de la espalda es otra causa común del dolor en la espalda alta. Esto ocurre usualmente debido a la repetición de los mismos movimientos todo el tiempo. Esto puede ser ocasionado por:
distensión muscular
tensión
irritación
El ejemplo clásico de cómo ocurre esto es un lanzador en béisbol o tenis que realizan un movimiento similar cada vez en forma repetitiva, lo cual puede afectar su hombro o el codo respectivamente. Otras actividades repetitivas pueden causar un dolor similar. Alguien que tiene que hacer el mismo movimiento todo el día, o levanta cosas sobre su cabeza durante todo el día, por ejemplo, puede empezar a experimentar irritación, tensión o distensión muscular. Esto podría convertirse en dolor crónico si se ignoran estas señales. El tratamiento para el uso excesivo del músculo usualmente empieza con descanso del área, al igual que usar compresas de calor o hielo para promover la circulación de la sangre en los tejidos musculares. Encontrar formas para evitar el movimiento repetitivo en donde sea posible o tomar descansos entre cada actividad puede ayudarte.
3. Lesión traumática
Una lesión traumática también puede ocasionar dolor de espalda. Esto puede ser el resultado de situaciones que incluyen:
accidentes de vehículos
resbalar y caer
accidentes laborales
levantar objetos de forma incorrecta
hacer demasiado ejercicio
La lesión a veces es obvia y el dolor aparece justo después del accidente. En otro momento, es posible que el dolor no se desarrolle hasta después o el siguiente día. Las lesiones traumáticas pueden ser graves y las complicaciones de las lesiones, por ejemplo vértebras fracturadas, ponen a una persona en riesgo de desarrollar problemas duraderos, incluso dolor crónico, daño neurológico y parálisis. Un médico deberá observar todas las posibles lesiones de la espalda ya que es fundamental que sanen adecuadamente para evitar dolor a largo plazo. Un médico puede derivar al paciente a un fisiólogo o fisioterapeuta para ayudar a que las lesiones musculares sanen adecuadamente. Las lesiones graves pueden requerir cirugía.
4. Hernia de disco
Las hernias de disco son más comunes en la espalda baja, pero algunas veces pueden aparecer también en la espalda alta. Los discos son los amortiguadores suaves y elásticos entre cada vértebra. Las hernias de disco ocurren cuando una parte de este amortiguador perfora y presiona la columna. Incluso una pequeña cantidad de presión puede ocasionar dolor significativo en el medio de la espalda, al igual que otros síntomas, incluso entumecimiento o debilidad en los brazos o piernas. La mayoría de las personas no necesitan cirugía para las hernias de disco y se recuperan con reposo y tomando medicamentos antiinflamatorios.
5. Nervios pinzados
Una hernia de disco puede deslizarse tanto que comprime el nervio cercano. Un nervio pinzado en la espalda media puede ocasionar:
entumecimiento y dolor en los brazos o piernas
problemas para controlar la micción
debilidad o pérdida de control en las piernas
Cuando un nervio pinzado proviene de una hernia de disco, el tratamiento es similar al tratamiento de la hernia de disco. Usualmente, un nervio pinzado no necesita cirugía, aunque los médicos pueden recomendar inyecciones epidurales de esteroides en algunos casos.
6. Osteoartritis
Algunas veces, el origen del dolor de espalda no son los músculos, sino un problema en los huesos y articulaciones. El cartílago que amortigua y protege los huesos puede desgastarse a medida que una persona envejece. El término para esto es osteoartritis. Es la forma más común de la artritis entre los adultos mayores, de acuerdo con el Instituto Nacional del Envejecimiento de Estados Unidos. Eventualmente, la osteoartritis puede ocasionar que el cartílago entre los huesos se desgaste por completo, lo que hace que los huesos se froten entre sí. Esto también puede poner presión en los nervios de la columna, ocasionando entumecimiento o cosquilleo en los brazos o piernas. Cualquier persona que sospeche que tiene osteoartritis debería consultar a un médico para obtener un diagnóstico y plan de tratamiento. El tratamiento usualmente se enfoca en controlar el dolor y mantener el funcionamiento de las articulaciones.
7. Dolor miofascial
El dolor también puede provenir de problemas en el tejido conectivo en la espalda, el que los médicos llaman fascia. El dolor miofascial puede empezar después de una lesión o uso excesivo, pero el dolor miofascial crónico puede durar mucho después de la lesión inicial. Todavía no está claro por qué el dolor miofascial continúa en algunos casos. Los médicos pueden recomendar fisioterapia y terapia de liberación miofascial para aliviar el dolor.
8. Infección de la columna
En raras ocasiones, una infección puede ser la causa del dolor en la espalda alta. Un absceso epidural de la columna es una acumulación de gérmenes y pus que se forma entre la médula espinal y los huesos de la columna. El absceso puede crecer e hincharse, lo que ocasiona dolor. El diagnóstico temprano es determinante y los médicos tratarán un absceso de la columna rápidamente para evitar complicaciones graves. Los antibióticos pueden ayudar y la cirugía puede ser necesaria para eliminar el absceso y reducir el riesgo de complicaciones. La mortalidad puede variar de 2% a 25% en las personas con absceso epidural de la columna, usualmente, debido a que puede tomar demasiado tiempo diagnosticar su condición.
9. Cáncer de pulmón
El dolor de espalda se puede deber a cáncer de pulmón en casos muy raros. Un estudio de caso en Journal of the Advanced Practitioner in Oncology resalta un tal caso, indica que complicaciones pueden hacer que el cáncer se propague a los huesos en aproximadamente del 30% al 40% de personas con cáncer de pulmón no microcítico.
Las condiciones específicas que afectan la columna o los músculos también pueden ocasionar dolor en la espalda alta.
Estas incluyen:
escoliosis
fibromialgia
deformidad de la columna
cifosis problemática
El tratamiento para cada condición varía y tendrá diversos grados de éxito. Probablemente no se puedan prevenir todas las causas del dolor en la espalda alta, pero existen algunos pasos sencillos que las personas pueden tomar para evitar algunas de las causas más comunes. Estas incluyen:
Tomar descansos regularmente cuando estás sentado o recostado para estirarte y mover diferentes grupos de músculos.
Tomar descansos frecuentes cuando trabajas en un escritorio para estirarte, para que los músculos permanezcan relajados y fuertes.
Tomar unos minutos para estirar los músculos o calentar el cuerpo antes de cualquier actividad.
Las personas que levantan objetos pesados deberían evitar girar sobre su espalda o levantar objetos con su espalda.
Recibir masajes regulares para ayudar a liberar la tensión de los músculos.
Consulta regular con tu médico de cabecera para encontrar la causa del dolor de espalda.
Trabajar con un fisioterapeuta para fortalecer los músculos débiles y evitar la tensión en las articulaciones.
Evitar cargar mochilas y carteras pesadas.
Estar consciente de la postura en todo momento, caminar erguido y sentarse correctamente, usando soportes para la espalda, si es necesario.
En la mayoría de los casos, el dolor en la espalda aparece debido al estilo de vida, como músculos débiles o uso excesivo de los músculos a causa de comportamientos repetitivos. En estos casos, los cambios en el estilo de vida, como hacer ejercicio y estiramientos en forma regular pueden ayudar a aliviar el dolor. En casos de trauma o dolor crónico en la espalda, las personas deberían consultar a un médico para obtener un diagnóstico adecuado.
Si usted o un familiar siente dolor en el cuello y/o espalda alta y no sabe por dónde empezar, puede consultar con nosotros sobre su dolor y las opciones de tratamiento adaptadas a su caso en particular.
Estamos ubicados en calle Crevaux 317 (frente a la plaza principal) entre Comercio y Santa Cruz, atendemos en las mañanas (07:30 a 12:30) y en las tardes ((15:30 a 18:30), reservas al 77032111. Ahora tenemos el servicio de Medico a Domicilio, solicita nuestros servicios al 77032111/72633181 las 24 horas del día.
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La presión arterial es la fuerza que la sangre, impulsada por el corazón, ejerce sobre las paredes de los vasos sanguíneos. En ocasiones, esta tensión puede sufrir un descenso brusco, sin necesidad de que exista un problema de salud previo. Por otro lado, hay personas que tienen la tensión baja de manera habitual, lo que hace que algunas de ellas sean más propensas a padecer ciertos síntomas cuando se dan algunos factores desencadenantes, como explicaremos más adelante.
Cuando la tensión arterial baja, llega menos sangre al cerebro y, en consecuencia, menos oxígeno. En este momento, aparecen síntomas como visión borrosa, sensación de mareo, sudor brusco, debilidad repentina y confusión. También puede darse inestabilidad, pitidos o zumbidos en los oídos, palidez y náuseas. Este conjunto de signos y síntomas se denomina presíncope.
A continuación, puede llegar a producirse un síncope vasovagal, más conocido como desmayo, en el que la persona llega a perder la conciencia. Esto ocurre de manera más habitual en la juventud y cuando la persona se encuentra en reposo, normalmente de pie. Por su parte, la lipotimia, según algunos autores, es un cuadro de menor entidad que el desmayo, con una pérdida de conciencia más fugaz e incompleta.
En un principio, estos síncopes o desmayos son benignos y no constituyen motivo de preocupación. Su pronóstico es bueno y, como decíamos, no están necesariamente vinculados a ninguna enfermedad. Sin embargo, si ocurren con pérdida de conocimiento en personas jóvenes y tras la realización de esfuerzo, es conveniente consultar al médico, porque pueden subyacer circunstancias médicas patológicas en el origen de estos episodios.
Por el contrario, aunque con menos frecuencia, otros síncopes pueden deberse a pérdidas súbitas de sangre, infecciones, reacciones alérgicas intensas, problemas cardíacos, diabetes, deshidratación, golpes de calor, etc. y son situaciones que, en ocasiones, pueden requerir una atención inmediata por parte de un profesional sanitario.
El calor, uno de los principales desencadenantes
Existen muchos posibles desencadenantes de las bajadas de tensión puntuales. Uno de los más comunes es el calor. Por este motivo, las bajadas bruscas de tensión son más habituales en verano, aunque también pueden producirse durante el invierno, cuando se permanece en espacios cerrados con la calefacción alta o en los que haya mucha gente. Por ejemplo, no son raros los desmayos en los buses cerrados, un concierto, una discoteca… El riesgo aumenta si se ha consumido alcohol, fumado o permanecido mucho tiempo de pie.
Otro factor que puede desencadenar una bajada de tensión es haber comido demasiado, pues buena parte de la sangre se desplaza al intestino para digerir los alimentos. Además, en personas no diabéticas, si se ha tomado hidratos de carbono de absorción lenta -como pan blanco, pasta o arroz- o alcohol, puede producirse una bajada de azúcar o hipoglucemia. También es posible que suceda lo contrario, que no se haya comido lo suficiente, lo cual puede desembocar en un posible desmayo.
Así mismo, no haber ingerido suficientes líquidos puede desencadenar un bajón de tensión: dado que la sangre contiene mucha agua, la deshidratación puede provocar que el volumen del torrente sanguíneo disminuya. En este caso, se reduce flujo de sangre que llega al cerebro.
Otras razones que pueden provocar que la tensión baje de manera repentina son haber practicado ejercicio físico intenso, haber ingerido determinados medicamentos, sentimientos de estrés, angustia o miedo, tener la menstruación, sufrir un dolor importante, haberse realizado una extracción de sangre, tras golpes de tos o estornudos intensos o tras un esfuerzo importante al ir al baño (en la defecación o en la micción).
Cómo actuar ante los primeros síntomas
Sobre todo, cuando se sufre disposición a sufrir bajadas de tensión, es necesario aprender a identificar los signos y síntomas previos. Ello puede ayudarnos a reconocer la inminencia de un desmayo y, aunque quizás no logremos evitar la bajada de tensión, sí al menos una caída que pueda provocar fracturas o traumatismos. Para ello, deben seguirse los siguientes pasos:
Pautas de actuación ante los primeros síntomas de una bajada de tensión:
1. Si la persona afectada está al sol, hay que intentar llevarla a una zona en la sombra. O, si se encuentra en un lugar caluroso o muy concurrido, conducirla o sacarla a donde pueda tomar aire fresco.
2. Recostar de manera inmediata a la persona que sufre la bajada de tensión. También puede ser útil para restablecer la tensión que se siente cruzando las piernas, bajando la cabeza y cerrando los puños con fuerza. Si somos nosotros quienes sufrimos los síntomas, hemos de avisar a quienes estén alrededor.
3. Ponerle los pies en alto, con un ángulo de cuarenta y cinco grados respecto el suelo. Debe permanecer en esta posición durante unos minutos, para que mejore el flujo sanguíneo y la oxigenación. Colocar algún apoyo bajo sus piernas puede facilitarlo.
4. Ayudarle a que respire mejor. Para ello, debemos quitarle o aflojarle las prendas que puedan oprimirle el cuello o el pecho (corbata, pañuelo, camisa, bufanda…) y, si es posible, abanicarle. Es muy importante también evitar las aglomeraciones de gente alrededor.
5. Siempre y cuando la persona afectada se mantenga consciente y en condiciones de ingerir, se le puede ofrecer agua, café, té o una bebida azucarada, lo que aumentará la concentración de glucosa en la sangre y le ayudará a recobrar la vitalidad.
Cómo actuar en caso de pérdida de consciencia (lipotimia):
En el caso de que el oxígeno y la glucosa no sean capaces de llegar al cerebro, puede producirse un desvanecimiento, también llamado lipotimia. En realidad, se trata de un mecanismo de defensa del organismo, ya que el desmayo lleva al cuerpo a situarse en una posición horizontal, lo que facilita el restablecimiento del flujo de sangre hasta el cerebro. En este caso, debemos seguir los siguientes pasos:
Pautas de actuación ante un desmayo:
1. Mantener la calma. Es primordial no dejarse llevar por el pánico o los nervios.
2. Comprobar que la persona respira y llevarla a un lugar seguro y tranquilo, aflojándole las prendas que puedan comprimirle el pecho o el cuello.
3. Tumbarle y elevarle los pies por encima del nivel del corazón, con la cabeza lateralizada.
4. Si vomita, colocarle en posición lateral de seguridad, para evitar que lo aspire y se atragante.
5. No debe administrársele ningún líquido o alimento.
6. Esperar a que se recupere completamente, y cuando lo haga, que se incorpore lentamente. Si no recupera la consciencia en pocos minutos habría que avisar a emergencias.
7. Si no hay latido ni respiración, en primer lugar debemos llamar inmediatamente a los servicios de emergencias y, a continuación, iniciar la práctica de la reanimación cardiopulmonar (RCP) Si hay más de una persona que ayuda, mientras una avisa al 118 (emergencias), la otra inicia la RCP.
Claves para prevenir las bajadas bruscas de tensión
Si tienes predisposición a sufrir lipotimias, puedes prevenirlas intentando evitar los distintos desencadenantes:
1. No permanezcas mucho tiempo de pie. En caso de que sea inevitable, puedes realizar contracciones musculares repetidas de miembros inferiores o abdomen. También puedes usar medias de compresión. Evita también levantarte del sillón o de la cama de forma rápida.
2. Evita los lugares calurosos o concurridos. Intenta también huir de las aglomeraciones.
3. Come cinco o seis veces al día de manera moderada. Así controlarás mejor las bajadas de glucosa. Intenta incluir en las comidas principales hidratos de carbono de absorción lenta como los cereales y harinas integrales
4. Toma un poco de sal en las comidas. A no ser que sufras hipertensión o tu médico te lo desaconseje por otras razones de salud.
5. En épocas de calor, bebe líquido en abundancia. Con el fin de evitar la deshidratación, uno de los motivos de una bajada de tensión. Los expertos recomiendan tomar entre dos litros y dos litros medio al día. Pueden ser recomendables las bebidas isotónicas que aportan sales minerales.
6. Intenta evitar el alcohol. Este induce alteraciones en el ritmo cardíaco y la tensión arterial.
7. Mejor, ropa holgada. No uses prendas o complementos que aprieten y dificulten la circulación de la sangre.
8. No practiques esfuerzos demasiado intensos. Si has padecido lipotimias después de realizar deporte, intenta no llevar a cabo actividades de gran exigencia física. Si aun así debes realizarlas, no pares de manera brusca.
9. Aprende a gestionar situaciones de estrés emocional. Miedo, angustia, dolor intenso…etc.
10. Consulta a tu médico. Tras un primer episodio de bajada de tensión o si se repite con regularidad, es recomendable que tu médico investigue la causa con el fin evitar nuevos bajones o desmayos.
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